El día 11 de octubre aterrizábamos en el aeropuerto de Dakar con un cargamento de material y tablas de surf donadas para la asociación Surfkids Shredding Senegal. El viaje comenzaba hace ya meses cuando la ONG Provide the Slide y Aviación sin Fronteras se ponían en contacto para realizar una misión conjunta de entrega de este material donado en diferentes partes de Europa con destino a África.Provide the Slide (PTS) es una ONG Alemana-Suiza fundada por un grupo de surfers que quieren cambiar la vida de los niños y adolescentes en el continente negro a través de un deporte tan bonito como el surf. La labor de PTS es ayudar a crear escuelas y apoyar a asociaciones que ya están en terreno africano aportándoles el material que necesitan para poder llevar a cabo estos proyectos, donde niños y jóvenes de varios países de Africa Occidental encuentran una manera de vivir en contacto con el mar, aprendiendo y creciendo en los valores del deporte y en muchos casos dándoles la oportunidad de dejar atrás problemas y traumas propios de estos países. Al fin y al cabo, se trata de darles un futuro basado en el deporte, la educación , el contacto con la naturaleza y una comunidad que se cuida entre sus miembros. 

También es una manera de ayudar a la comunidad local a desarrollar proyectos relacionados con el surf y que permita el desarrollo económico de la región. En estos momentos PTS está apoyando proyectos en Liberia, Sierra Leona, Ghana y Senegal.

Es noche cerrada cuando llegamos a la casa situada en la playa de Yoff, al norte de Dakar. Las olas rugen como telón de fondo y al abrir la puerta roja y cruzar el pequeño patio con su jardín nos reciben con una sonrisa Martha, italiana y Aziz, senegalés, fundadores de la asociación Surfkids Shredding Senegal que a día de hoy ha conseguido a través de su programa de surf y educación escolarizar a 15 niños y además crear una bonita familia donde comparten olas, horas de juegos y sueños. 

De entre ellos se encuentra, Ismaila Samb un joven senegalés que está despuntando en el mundo del surf y al cual se le está apoyando en su carrera como profesional de este deporte y al que traemos un set de tablas nuevas para que pueda seguir progresando y entrenando duro. Ismaila con una gran sonrisa y brillo en sus ojos solo atina a decir “merci” .

A partir de este momento y en los días posteriores pasamos a formar parte de lo que en un principio creíamos una asociación más, pero lo que realmente nos encontramos es una verdadera familia donde los niños más mayores ayudan y cuidan a los más pequeños. Donde se desayuna todos juntos alrededor de una gran mesa para preparar las actividades del día y por la noche bajo una tenue luz nos volvemos a reunir para charlar de como ha ido la jornada mientras saboreamos una cena preparada con mimo. Hay sonrisas y risas a partes iguales, se respira una ambiente feliz y sano. Martha y Aziz trabajan duro para que no falte de nada y para que la felicidad sea la norma de la casa. 

Durante nuestra estancia, África estalla ante nuestros sentidos en miles de colores, sabores y música a ritmo de kora y djembé. África nos envuelve en sus gentes de sonrisas amplias y agradecidas, en sus paisajes de baobabs, en su colorido pasado colonial y en su oscuro pasado esclavista, en su bello caos y en su mirada de esperanza a un futuro mejor.  

Este breve paso por Senegal nos deja momentos imborrables compartiendo olas turquesas con los niños que me sonreían cada vez que pillaba una ola, mientras Aline gritaba de emoción desde la orilla con su cámara en la mano para inmortalizar una de las sesiones de surf más mágicas de mi vida.

Por las tardes Anja, voluntaria austriaca, daba clases de inglés después de un día intenso de surf y luego los niños nos enseñaban Wólof, el dialecto que se habla en Senegal. Por las noches, Martha forraba libros y preparaba estuches y mochilas ante el comienzo inminente del nuevo curso. 

Días felices de playa y surf, nervios por el comienzo de la escuela, un joven Ismaila “destrozando” olas con su nueva tabla y una vida llena de sueños y sonrisas es lo que dejamos el 14 de octubre al despegar de vuelta a Madrid y dejar atrás el país de los baobabs y el “teranga” (la famosa hospitalidad senegalesa).

Djeredieuf Senegal. Merci Senegal. Gracias Senegal.

Aline y Jacobo ( Voluntarios de ASF Spain, proyecto de mensajería solidaria)

Agradecimientos:

Como siempre esta misión no habría sido posible sin la amabilidad y ayuda del personal de tierra de Iberia y de las tripulaciones de los vuelos IB3328 y IB3329 que tanto nos cuidan durante nuestras misiones y que se involucran tanto como los propios voluntarios de ASF.

Agradecer también la hospitalidad de Martha y Aziz por acogernos en su bonita familia y a nuestro dispuesto y amable conductor Babacar.