El pasado día 26 de Agosto concluyó la misión de Mensajería Solidaria que había empezado 4 días antes y que ha implicado a 8 voluntarios: Muni, Pablo, Laura, Pilar, Cristina. Barbara, Javier y Manolo. Ha sido una misión larga y complicada, con un montón de trámites, que ha sido un EXITO gracias a todos los implicados y que hace que merezca la pena cualquier esfuerzo que se haga por ayudar en la medida de nuestras posibilidades.
Desde ASF, gracias de corazón por vuestro esfuerzo y vuestra dedicación. A continuación, Pilar Prieto, nos cuenta su experiencia en esta bonita misión.
Primer trámite superado, ya que embarcamos sin problema y llegamos a nuestro primer destino, Milán. Ahí tuvimos tiempo de recorrer el centro y admirar su maravilloso Duomo y las galerías Víctor Emmanuel. La verdad es que, a pesar de ser un grupo tan heterogéneo, cada uno fue ocupando su lugar hasta ir formando un equipo que funcionaba a la perfección. Esto se demostró en el centro de Milán donde Munia se convirtió en nuestra intérprete y guía maravillosa, pero quedó patente hasta que llegamos al aeropuerto de Linate, donde luchamos para poder sacar los 100kg que NPH había traído a mayores.
Al llegar a Madrid, nos esperaban Begoña, Manolo y Pablo para facturar para el vuelo del día siguiente. El personal de tierra de Barajas hizo un trabajo maravilloso y facturamos la carga.
Esa noche, no sin un poco de pena, nos despedimos de Javier y Munia, que terminaban su parte de la misión, ya que no podían acompañarnos a República Dominicana. Después de un día duro, fructífero pero duro, nos fuimos a descansar con la sensación de haber conseguido nuestro objetivo.
Ya en la puerta de embarque, en la que, nuevamente, el personal de tierra nos facilitó muchísimo las cosas, pudimos entrar al avión. Aquí quiero hacer especial mención a Ricardo Santonaya que se ofreció a hacernos un video con el material que le aportásemos a nuestra vuelta y ayudarnos a dar a conocer nuestro proyecto.
La tripulación del vuelo a Santo Domingo fue simplemente MARAVILLOSA pues hicieron que el viaje pasara sin darnos cuenta y nos animaron y felicitaron por la misión que estábamos llevando a cabo.
Una vez en Santo Domingo hubo que realizar alguna gestión en aduanas que retrasó la entrada al país pero una vez más, logramos pasar la carga y al salir, Kieran de NPH y nuestro chófer, Henry, nos esperaban para llevarnos a comer junto con Mary Joe, directora de NPH en Santo Domingo, y acercarnos a la casa escuela. El recibimiento por su parte fue maravilloso.
En el camino, nos fueron hablando un poco de la casa escuela y, sobre todo, de los niños a los que iba destinada la leche que llevábamos. Llegamos tarde a la casa, tardísimo para nosotros teniendo en cuenta el cambio horario, pero aún nos dio tiempo de dejar la carga, conocer a parte del personal de la casa escuela y pasar un rato agradable con ellos en la terraza, antes de caer rendidos en cama.
Al día siguiente quedamos con Miguel temprano para desayunar y pudimos comprobar lo bien organizado que lo tienen todo a la vez que disfrutamos del desayuno, servido por Joel y sus hermanas. Al terminar empezó el recorrido por todo el complejo que ocupa la casa escuela el cual fue realmente emotivo.
Vimos que la labor que hace NPH es realmente increíble ya que todo está perfectamente organizado y visitamos la casa San Marcos que es donde viven Carlos y Gerardo, que es a quien va destinada la leche. La leche que no es una leche común, sino un alimento completo para 2 niños que son alimentados con sondas y el cual no se consigue en República Dominicana, de ahí la importancia de nuestra labor.
Vivir esto en primera persona ha supuesto una experiencia tan enriquecedora y gratificante que es difícil poder plasmar el significado que ha tenido para nosotros.