El pasado 16 de diciembre acompañamos a un grupo de 27 personas del Centro Ocupacional ASTOR a visitar las instalaciones de la Base aérea de Torrejón de Ardoz, en concreto al afamado grupo de pilotos aéreos “ALA 12” , quienes nos estaban esperando para vivir una experiencia única. Nuestro voluntario de Aviación Sin Fronteras, Moises Corbacho, nos cuenta su experiencia:

“Personalmente, cuando me ofrecí voluntario para esta actividad, lo  primero que vino a mi mente fue: voy a intentar “ayudar”, dar lo mejor de mí, para que estas personas llenas de amor y sinceridad pasen un día estupendo. Mi sorpresa fue descubrir que en realidad el que más se ha beneficiado de esta experiencia egoístamente hablando he sido yo mismo, puesto que ellos lo dan todo y cuando digo todo, lo digo en el más estricto sentido de la palabra.

 

Hacía tiempo que no me sentía tan lleno de alegría (de la que llena de verdad), cariño (abrazos que te dejan sin aliento) y amor, amor verdadero que es el que te dan estas personas gratuitamente, de manera auténtica. Ellos no “tienen filtro”, lo que dicen y piensan, sale del centro del corazón. Por muy poquito que les ofrezcas de tu parte, una pizca de interés, una sonrisa o dejarte sorprender, además de la grandeza del momento (no todos los días, uno se sube a la cabina de un F-18), ellos dan sensación de satisfacción puesto que se les veía contentos, ensimismados, embriagados de felicidad, una felicidad sin límites.

 

Respecto a los oficiales de ALA12… chapeau por ellos, que hacen una labor encomiable mostrando una parte de la historia de nuestra aviación a estos grupos de chicos, se vuelcan con ellos, les explican, les demuestran y les acompañan en todo un circuito que, qué más quisiera tener un museo temático. Son un alarde y un ejemplo de trabajo y buena voluntad desinteresada. Tal es así que ellos mismos han creado un “museo de aviación” con piezas que han podido recuperar por sus propios medios. Hemos llegado a meternos en una reproducción de la carlinga del famoso “F-100 Super Sabre”, avión mítico de los 50s y en el cual se formó el original grupo de miembros del ALA 12.

 

Las voluntarias de ASF y acompañantes del centro ¿qué decir de ellos?…Se han ganado el corazón de los chavales y se desviven por ellos, para que todo salga perfecto, para que sea un día muy especial, probablemente uno de los más especiales de sus vidas y que seguro estarán contando en sus casas y a sus familias por mucho tiempo.

 

En fin, todos hemos pasado un día único en la base, de esos que perdurarán por tiempo en nuestra memoria y en nuestros corazones. Y en definitiva, ¡ QUIERO VOLVER A SENTIRLO ! “

Con cariño, Moises, compañero de Air France.